¿Cuándo es conveniente aplicar frío o calor para el dolor muscular?
Tanto el frío como el calor son dos tratamientos que se emplean para aliviar los dolores musculares. Sin embargo, es necesario saber cuándo usar uno y otro para que la terapia sea mucho más efectiva.
El dolor muscular es un tipo de dolencia, generalmente de carácter temporal, que se produce en los músculos después de un uso excesivo de los mismos. No obstante, en muchas ocasiones no está relacionado con un esfuerzo físico. Se puede dar en un solo músculo o en un grupo de ellos. Aquí vamos a conocer si es preferible el frío o el calor para el dolor muscular.
Al hablar de dolor muscular, también podemos hacerlo de dolor o molestias en ligamentos, tendones o fascia. En la mayoría de los casos, es un tipo de dolor que suele remitir con el paso de los días. Para ello es necesario del uso de antiinflamatorios, analgésicos u otros productos recomendados por el especialista. Por ello, es fundamental identificar las causas del dolor muscular para poder aplicar un remedio eficaz.
Causas del dolor muscular
Por regla general, las molestias musculares son la consecuencia de una lesión o un esfuerzo excesivo del músculo durante una actividad física. Puede ocurrir que la persona sufra un calambre, un espasmo, un desgarro muscular, un tirón o un esguince. Pero también puede darse el caso de haber sufrido un golpe, un impacto o realizar un mal gesto que lleve hasta una distensión.
A veces el dolor muscular no procede precisamente de un excesivo esfuerzo físico. En estos casos, lo más habitual es que las molestias se produzcan a consecuencia de un virus o alguna posible infección. La gripe, sin ir más lejos, provoca dolores musculares y rigidez. Por último, un episodio de estrés puede hacer que los músculos se tensionen y duelan.
Síntomas del dolor muscular
Ante un dolor de este tipo, cualquier músculo del cuerpo puede verse afectado. Los síntomas varían en función del grado de las molestias y la persona. La mayoría de los mismos se asocian con un dolor punzante o agudo en la zona afectada, entumecimiento, rigidez muscular, hormigueos, sensación de ardor, dificultad, malestar o imposibilidad de realizar algunos movimientos, hinchazón, etc.
¿Un tratamiento de frío o calor para el dolor muscular?
Esta es la pregunta que muchas personas se hacen ante un episodio de dolor muscular. Tanto el frío como el calor son dos tratamientos que se emplean para aliviar los dolores musculares. Sin embargo, es necesario saber cuándo usar uno y otro para que la terapia sea mucho más efectiva.
Si te hallas en una situación así, hay que señalar que el frío se recomienda para aquellos casos en los que la persona ha sufrido una lesión reciente. El frío se encarga de reducir el flujo sanguíneo y evitar que la zona se inflame más. Lo mejor es aplicar frío durante las primeras 48-72 horas después de haber sufrido la lesión.
El calor, en cambio, se recomienda para aquellas situaciones en las que el dolor muscular ya es crónico o de larga duración. El efecto del calor lo que hace en este caso es generar un mayor flujo de sangre en la zona para aliviar de forma más rápida.
Otro aspecto a tener en cuenta es la temperatura del agua para aliviar un dolor muscular. Después de un ejercicio intenso, es recomendable ducharse cambiando de forma regular la temperatura del agua para beneficiarse del calor y el frío. De esta forma, se estimula la circulación sanguínea, se previene la rigidez muscular y se acelera la recuperación de los músculos.
El agua caliente tiene un efecto regenerador al relajar los músculos y mejorar la circulación. El agua fría, por su parte, posee un efecto relajante y reduce la inflamación de las articulaciones.
Cómo usar el frío o calor para una sobrecarga muscular.
Una sobrecarga muscular ocurre cuando un músculo ha sido utilizado de forma excesiva o repetitiva, generando tensión y fatiga en sus fibras. En estos casos, se recomienda aplicar frío inmediatamente después de la actividad física intensa para reducir cualquier inflamación inicial. Aplicar frío en la fase inicial de la sobrecarga ayuda a aliviar la tensión y a evitar que se convierta en una lesión mayor. Sin embargo, tras las primeras 24-48 horas, el calor puede ser beneficioso para reducir la rigidez y relajar los músculos, facilitando una recuperación más rápida. Es importante escuchar al cuerpo y aplicar el tratamiento que genere un mayor alivio, combinando frío y calor de manera moderada para mejorar los resultados.
Tirón muscular: ¿frío o calor?
Un tirón muscular es una lesión más aguda y suele estar acompañada de molestias intensas que requieren un tratamiento adecuado. En el caso de un tirón reciente, lo ideal es aplicar frío en la zona afectada durante las primeras 48-72 horas, ya que ayuda a disminuir el dolor y a controlar la inflamación inicial. Este método reduce el flujo de sangre al área, evitando un mayor daño. Después de la fase inicial, y siempre que el dolor esté disminuyendo, el calor puede aplicarse para mejorar la elasticidad muscular y reducir la sensación de rigidez. El calor también permite que la sangre fluya mejor, acelerando así el proceso de recuperación.
Otros métodos efectivos para tratar lesiones musculares
Junto al tratamiento del frío o el calor para el dolor muscular, hay una serie de productos específicos que pueden ayudar con esta dolencia. Uno de ellos es Fisiocrem Spray Active Ice, un spray eficaz que actúa frente aliviando el dolor de pequeñas dolencias gracias a su efecto frío inmediato que disminuye la temperatura de la zona hasta en un 14%. Este producto resulta ideal para el tratamiento de contusiones, tirones, dislocaciones, traumatismos, calambres, tortícolis y otros tipos de dolores similares. Al tratarse de un formato spray, es muy fácil de aplicar incluso en las zonas más difíciles.
Cómo prevenir el dolor muscular
Si bien el frío o el calor para el dolor muscular son acciones a tener muy en cuenta, el trabajo de prevención es clave para no sufrir este tipo de molestias. Realizar un calentamiento de los músculos antes de cualquier actividad física es fundamental. Una vez acabes la sesión, lo ideal es estirar los músculos y no acabar la sesión de golpe.
Mantenerse siempre hidratado y disfrutar de una alimentación sana y equilibrada basada en proteínas e hidratos de carbono son aspectos clave para prevenir cualquier dolor muscular. Al mismo tiempo, es necesario mantener una actividad física regular para evitar que los músculos se puedan entumecer por la falta de ejercicio.
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